Kinesiología

por Olga Lava.

Recuerdo cómo la kinesiología apareció en mi vida. Este hecho marcó un antes y un después, no sólo porque me ayudó enormemente a sanar y resolver los problemas de ansiedad que yo padecía en aquella época, sino porque a partir de aquel momento decidí que algún día también yo ayudaría a otros como kinesióloga.
Pude comprobar que con ciertos ajustes sencillos que me iban aplicando, tales como masajear ciertos puntos reflejos del cuerpo, tomar esencias florales, hacer tapping en puntos de acupresura o visualizaciones entre otras, mi salud iba mejorando. Los ataques de pánico disminuían y poco a poco fui desenmarañando los problemas que me causaban la ansiedad, hasta alcanzar y sanar la raíz del problema. Sin necesidad de tomar fármacos ni hacer largas sesiones de psicoanálisis en cuestión de tres meses todo mi sufrimiento se resolvió.
Desde aquel momento quedé tan gratamente impresionada que se despertó en mí el interés por esta disciplina. Descubrí una terapia totalmente desconocida para mí, nada agresiva, tan diferente y tan mágica que me enamoró. Tanto es así que comprendí que dedicaría mi vida a estudiar y tratar con esta ciencia holística y maravillosa.

Resulta impresionante ver como el terapeuta con sólo mover brazos y piernas del receptor de determinado modo, o pedir que aguante la presión que ejerce con sus manos, sea capaz de averiguar cosas tan íntimas que a veces ni el receptor mismo es consciente de ellas. Cuando pude formarme como kinesióloga y profundizar en sus técnicas, comprendí que esto formaba parte del test muscular que es la base de la Kinesiología y se utiliza para evaluar los desequilibrios de cualquier tipo, desde la emoción que nos preocupa, o en que órganos y meridianos está bloqueada la energía, hasta si existe algún alimento tóxico para el organismo o si hay una carencia de algún nutriente. El propio cuerpo le va revelando al terapeuta toda la información y pide las correcciones que necesita en cada momento. ¡¡La mente del paciente no puede engañar o confundir al kinesiólogo!!

Descubrí que a pesar de ser una técnica tan mágica tenía una base muy científica. Aunque es reciente ya que se creó en los años 70, muchos científicos e investigadores de diversos campos, tales como la quiropráctica, la psicología, la neurología o la nutrición contribuyeron a que hoy por hoy sea una técnica totalmente fiable y efectiva. Quizá su gran poder provenga precisamente de su interdisciplinariedad.

La Kinesiología es holística ya que trata al ser humano como un todo, con sus diferentes cuerpos y niveles. De este modo trabajamos en varias dimensiones:

  • A) Fisiológica y del cuerpo.
  • B) Bioquímica y nutricional.
  • C) Psicológica y emocional.
  • D) Energética sutil: chakras y meridianos.

Se considera que la Kinesiología no diagnostica ni trata las enfermedades (mejor dicho, los síntomas). Más bien se dedica a localizar los bloqueos que se hayan en la memoria celular y en los tejidos, y aplica las correcciones oportunas al efecto de desbloquear. De este modo se elimina el estrés acumulado, permitiendo que el cuerpo se autorregule y sane por sí mismo. Así que el receptor toma su responsabilidad en el proceso de sanación y el terapeuta-kinesiólogo es un mero facilitador.

La sesión puede encaminarse hacia objetivos concretos solicitados por el paciente (quiero más autoestima, vitalidad, alegría, que mi negocio rinda más, superar mis sentimientos de abandono, etc). O bien, preguntar directamente al cuerpo que tipo de ajuste necesita. Ambos procedimientos resultan altamente eficaces.
Carece de efectos secundarios de fármacos. No hace daño pues no es una terapia invasiva. Respeta la capacidad de integrar del propio cuerpo, ya que es consultado en todo momento. El ajuste es acordado entre el cuerpo del receptor y la sabiduría del kinesiólogo. El terapeuta pregunta al cuerpo que necesita y éste le responde. El kinesiólogo propone técnicas y ajustes y es el cuerpo el que elige cual desea recibir. Es sorprendente que esto sea así y funcione. Pero es la experiencia la que demuestra que esta magia es realidad y sumamente efectiva.

Entre las afecciones que podemos tratar con la Kinesiología existe una inmensa lista, nombraré sólo unas cuantas tales como: Alergias, Ansiedad, Baja autoestima, Depresión, Dolores de todo tipo (de cabeza, espalda, cadera, etc.) Dificultades en el aprendizaje, Insomnio, Fobias, Fatiga, Falta de energía, Problemas de vista u oído, Problemas de todo tipo (intestinales, del estomago, hígado, renales, etc.), Trastornos afectivos y un largísimo etcétera.
Las personas que lo han probado, a menudo aseveran que se produce un cambio que les hace sentirse sustancialmente mejor: relajados, con menos estrés, a veces ayuda a comprender cosas que se hallan ocultas en el subconsciente y de repente salen a la luz tomando conciencia sobre ellas, también puede ocurrir un cambio de percepción o actitud sobre el problema, o simplemente se alivia un dolor si ese era el motivo de la consulta. Algo en lo que todo el mundo coincide es que después de tratarse con Kinesiología, se sienten con la mente más clara, con más energía, con vitalidad para conseguir las propias metas y sobre todo con una gran liberación del estrés.

En mi opinión la kinesiología constituye el tratamiento más poderoso y sutil que existe, la técnica de sanación más apta para todos aquellos comprometidos con su evolución consciente.
Te animo a que pruebes esta maravillosa técnica que puede mejorar tu vida y ya está liberando el potencial sano de miles de personas, simplemente reequilibrando todos los niveles de su ser.

 

Olga Lava Mares – Kinesióloga Holística – 679 320 928