por Rajesh.
Quizá lo más natural sea tener una meta, un propósito, es lógico, quiero esto o lo otro y voy a por ello, mis ambiciones, mis sueños, ¿hay algo más normal?
Persigo mi meta usando mis potenciales, inteligencia, trabajo, perseverancia,tal vez astucia, etc. Me siento segur@ es lo común… pero acaso ¿no hay otra forma de vivir? Otra manera de devenir más allá del camino trillado de los condicionamientos mentales, de la programación familiar/cultural-estatal.
Vivir desde el corazón, escuchando la voz interior del Ser, discriminando las interferencias del ego, atent@ a los pensamientos y emociones, desde una actitud relajada, observando esa maraña de interferencias que trasladamos en nosotros de uno a otro lugar y sabiendo que no es a través de nuestro corto razonamiento como vamos a disfrutar de la vida en cada instante, el estado de pensamiento es una trampa, es el Malware por el cual perdemos el estado óptimo de unión con el Absoluto, Brahman o el campo de Energía e Información no-local.
No es precisamente que en la actualidad sea la inocencia la que prevalezca en las relaciones humanas, sobre todo en pleno Kali Yuga, donde la mayor parte de los humanos tenemos veladas, en principio, las facultades de experimentar y comprender el aspecto más sutil de nuestra propia materia (no digamos más allá de la misma).
Pero es a través del retorno a esa inocencia que reside innata en nosotros desde el nacimiento, donde se halla la clave para vivir plenamente dando los pasos correctos.
Muchas veces sucede que nos dejamos guiar (en lo espiritual) por una vasta erudición de conocimientos y justificaciones teóricas que la sencillez del corazón desmonta clarificando el camino.
Vivir desde el corazón implica hacerle frente al miedo que nos han inculcado desde nuestro nacimiento, desarrollar la valentía de desafiar el camino de la mayoría por la intuición no-discursiva procedente de Budhi (el reflejo de Kutastha Chaitanya, la conciencia no-dual) hablando desde el seguro bastión del Vedanta, mapa fiable para hallar el tesoro de la Realización.
Vivir desde el corazón es no reaccionar, es escuchar, escuchar de verdad, amar al otro a pesar de las emociones y sentimientos que nos provoque y después meditar en lo escuchado, en la idea novedosa que nos trasmite, saber salir de nuestro andamiaje mental y ampliarlo …mientras no podamos derribarlo.
Vivir desde el corazón es tener fe en que la vida nos irá proveyendo lo que necesitemos a todos los niveles.
Vivir desde el corazón es observar con ecuanimidad pensamientos y emociones tomando conciencia de su inpermanencia y obrando en consecuencia.
Vivir desde el corazón implica purificar cuerpo y mente, mantener una sadhana o práctica espiritual, implica autoconocimiento y discernimiento entre el mensaje de la mente y la intuición de la consciencia.
Vivir desde el corazón debe de llevarnos a vivir con corazón, desarrollando la compasión hacia todos los seres y en un presente cercano a servir sin apetencia de fruto.
Om Tat Sat.